Es el sentimiento de que se están riendo de mi en la cara, eso es lo que no aguanto. Es lo de que me traten como un tonto a estas alturas, que me vengan con buenos gestos, escondiendo un puñal en la espalda.
La crítica a la estupidez que ha hecho el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, no debería de girar solo en torno a que ha propuesto a la junta medidas que ya existían (http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-junta-pide-pp-poco-sentido-ridiculo-solicitar-dos-medidas-ya-existen-20121126172450.html), sino señalar que mientras intentan hacer este lavado de imagen de cara al público, más sensibilizado que nunca con la cuestión de la vivienda, están estrangulando a los que verdaderamente están luchando por este derecho.
Están estrangulado con las manos a militantes de diferentes colectivos sevillanos que hace un par de días sufrieron la carga de la nueva unidad policial creada por Zoido, dedicada a actuar contra manifestaciones, mientras se movilizaban exigiendo el derecho tan ansiado por el regidor y su grupo.
Están estrangulando con la mente a las personas que deciden, o se ven obligadas, dar un salto sobre el abismo. El salto de pasar de la pasividad acomodada de años anteriores a la reivindicación democrática y activa de la calle. Cada palo a un manifestante, es un metro más en este abismo, aunque son torpes al no ver que la necesidad acaba pudiendo más que el miedo
Y sobre todo, están estrangulando con agua y electricidad, o más bien, sin ella, a las que más estoicamente están luchando por el derecho a la vivienda, las vecinas de las nuevas corralas de Sevilla, sobre todo La Utopía (http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/18673-un-grupo-de-familias-ocupa-edificio-vac%C3%ADo-en-sevilla.html?tmpl=component&print=1). Estas son mujeres que han decidido dar ese salto sobre el abismo, pero le han añadido tirabuzón y triple mortal. Han decidido reclamar su innegable derecho, pero no sólo con una buena pose ante las instituciones, sino poniendo en jaque y señalando a los verdaderos de esta crisis. Inmobiliarias, especuladores e instituciones bancarias que mantienen pisos vacíos (e incluso piensan en derribarlos), mientras sus vecinos tienen que dormir en coches aparcados en la calle.
Por todo esto, Juan Ignacio y todos los que te siguen, me pareces un miserable. Porque como dijo Galeano, lo repetiré una y mil veces, no quiero tu caridad, porque es vertical y humillante, quiero la solidaridad horizontal de esas mujeres y hombres que luchan. En Sevilla yo no tengo un alcalde, tengo muchas alcaldesas, y su despacho está en las Corralas.
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